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             Esta es una foto de una 
              tela que aún tiene la sangre seca de Gema proveniente de los latigazos 
              místicos que recibió. En una carta dirigida al Padre Germán, Gema 
              alegremente exclamaba: "Padre, qué bueno Jesús es. Jesús me da un 
              pequeño regalo (el sufrimiento) y a los usuales ha añadido otro 
              muy precioso esta semana. Me hizo experimentar algunos latigazos 
              sobre todo el cuerpo, bastante dolorosos, Padre, pero sé que no 
              puede ser nada comparado con los terribles latigazos de mi pobre 
              Jesús". 
                 
            
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